Continuando con las costumbres, el 8 de Mayo celebramos la Romería en un domingo un tanto caluroso, que hizo que los feligreses buscaran la codiciada sombra para así cobijarse del sol.
Todo la jornada discurrió en un ambiente jovial, dentro de la seriedad que conlleva, celebrándose la misa en los aledaños del parque y posteriormente la degustación del ya esperado vino y ágape, para acto seguido todo aquel que lo deseó comer en compañía de la Virgen.